GURE BLOGA

JESUSEN LAGUNAK - LOS AMIGOS DE JESUS

15 noviembre 2008

«Jesús fue un personaje inclasificable»

JULIO TREBOLLE : INVESTIGADOR DE TEXTOS BÍBLICOS

Este experto en el estudio de los Manuscritos del Mar Muerto ha participado en las Jornadas sobre los Orígenes del Cristianismo celebradas en la Universidad de Deusto

"LOS MANUSCRITOS" de JULIO TREBOLLE
Son 800 textos de origen judío, escritos en hebreo y arameo, encontrados en 11 cuevas en las cercanías del Mar Muerto desde 1947.
Se escribieron entre 250 a.C. y 66 d.C. Son los más antiguos conservados del Antiguo Testamento. Pertenecían a unos esenios de Qumrán. Varios expertos los editan desde los años 50, pero la publicación se demoró hasta los 90 por el coste y el mal estado de algunos textos.

Nació en Orense en 1943.Estudió filosofía, lenguas semíticas y ciencias bíblicas. Profesor de la Complutense y miembro del comité de edición de los Manuscritos.
Libros:
'Los hombres de Qumrán' e 'Historia de la Biblia'.

Leer la entrevista en ELCORREO
14.11.08 -

12 noviembre 2008

¿A quién beneficia el acoso que está sufriendo la enseñanza de la Religión con la LOE?

Por Antonio Salas Ximelis
Aldebarán

Recuerdo las palabras del Presidente Rodríguez Zapatero: “Más gimnasia y menos religión”, pronunciadas antes de las elecciones de 2004; y las de la actual Ministra de Defensa, recién ganadas las elecciones: “anularemos la LOCE porque impone como obligatoria la enseñanza de la Religión”. Y así, la de tantos dirigentes socialistas afirmando que ya está bien de privilegios y que la asignatura de Religión debería salir de la escuela. La enseñanza de la Religión, la única que tiene garantía constitucional como materia curricular, está siendo ahogada desde hace tiempo.

Y sigo preguntándome, ¿a quién beneficia? ¿A qué se debe esta obcecación? ¿Qué daño le hace al alumno, que voluntariamente la desea cursar en su currículo? ¿Alguien, en su sano juicio, piensa que si se perjudicara el desarrollo y la formación de un alumno o de una alumna, los miles y miles de docentes que nos dedicamos en cuerpo y alma a esta tarea tendríamos tan poca vergüenza de seguir siendo profesores de tal materia? Pues no, porque sencillamente lo que le aporta a ese niño o joven la clase de Religión es tan importante que nos impulsa a no escatimar ningún esfuerzo ni ninguna ilusión en nuestra tarea. Me duele sobremanera la mezquindad y la pobreza de espíritu de tantos responsables de la educación de nuestro país, de nuestras comunidades autónomas que han hecho del acoso a la enseñanza de la Religión su bandera de progresistas.

Parece evidente que en España solo es progresista quien está a favor no de la vida, sino de la muerte; quien se muestra partidario de olvidar nuestra identidad, de renunciar a un pasado que ha forjado nuestro presente, y que tiene en la religión una de las raíces sustentadoras. ¡Pobre gente! Creen que se es “progre” llamando a la Navidad “fiestas del inicio del invierno” y que con ello lograrán hacer desaparecer la Navidad de nuestras mentes, de nuestros corazones. Que quitando los crucifijos o cualquier vestigio religioso de
nuestras escuelas, Dios desaparecerá de nuestras vidas. A estas personas les digo que actúan así porque les importa bien poco que las futuras generaciones sean personas con identidad, personas con criterios, personas con un sentido para sus vidas.

Dice el refrán castellano que “no hay más ciego que el que no quiere ver”, lo que no nos impide decir en voz alta, a pesar de la ceguera de tanto “progre desnortado”, que nuestros alumnos aprenden en clase lecciones prácticas tan importantes como que la Religión potencia al máximo la dignidad de las personas, les invita a ser libres, justos, solidarios, sensibles, cariñosos, amables. Y todo ello desde el reconocimiento gratuito de la presencia de un Dios que, lejos de anularnos, sostiene nuestro esfuerzo para encontrar el sentido de nuestra vida, pues nos crea para ser felices.

Lo que aprenden nuestros niños en clase de Religión no lo aprenden en otras materias. Por ello, convencidos de que merece la pena nuestro quehacer —porque con este contribuimos a forjar una humanidad nueva— no podemos desfallecer ante los que están continuamente arremetiendo contra la asignatura de Religión y poniendo en duda nuestro trabajo. En este año paulino conviene recordar las palabras del gran Apóstol y misionero: “quieren ignorarnos, pero somos bien conocidos; nos castigan, pero no nos alcanza la muerte; nos tienen por tristes, pero estamos siempre alegres; nos consideran pobres, pero enriquecemos a muchos; piensan que no tenemos nada, pero lo poseemos todo” (2 Cor 6, 9-10). Que la palabra de Dios que escucharemos durante el Adviento y la Navidad nos ilumine y sepamos llevarla a nuestros alumnos. Ellos esperan que no desfallezcamos.

Director de la Revista Aldebarán

08 noviembre 2008

¿Los obispos, contra Jesús de Nazaret?

07.11.08 - EL CORREO

JUAN JOSÉ TAMAYO
| DTOR. DE LA CÁTEDRA DE TEOLOGÍA Y CC. DE LAS RELIGIONES
UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID


Tras la Nota de censura de la Comisión para la Doctrina de la Fe contra el libro de Pagola 'Jesús. Aproximación histórica', el obispo de San Sebastián, monseñor Uriarte, dio el 'imprimatur' a la nueva edición revisada por el autor, pero después ha pedido que se paralice su difusión. Me gustaría hacer una reflexión de fondo a partir de la situación creada en torno al polémico libro.
La crisis de las religiones acompaña a la historia de la modernidad europea. Durante siglos se ha generalizado la idea de que el avance de las Luces hacía retroceder las tinieblas de las religiones. Aun siendo un juicio que debe ser matizado, hay que reconocer que han sido las propias religiones las que se han ganado a pulso el descrédito de que vienen siendo objeto y que tienen una responsabilidad no pequeña en la crisis. Me viene a la memoria un chiste de El Roto bien expresivo en el que aparecía el Dios de la barba blanca en actitud meditativa diciendo: «He decidido darme de baja de todas las religiones». Hoy, sin embargo, asistimos a cierto despertar de las religiones, que no se caracteriza precisamente por la recuperación de su espíritu originario liberador, sino, en muchos casos, por manifestaciones fundamentalistas.
También la crisis de Dios se ha dejado sentir con especial intensidad durante la modernidad, hasta desembocar en las distintas formas de increencia: ateísmo filosófico, científico, cultural, agnosticismo, indiferencia religiosa, etcétera. La crisis de las iglesias cristianas, que empezó a gestarse a partir del Renacimiento, se está agudizando, al menos en Europa, y amenaza con convertir la pertenencia eclesial en fenómeno residual, al menos en lo que a práctica religiosa se refiere.
La figura de Jesús de Nazaret, sin embargo, parece salir indemne de todas las crisis. Los críticos de Dios y de la Iglesia siguen reconociéndole autoridad moral en una época de ausencia de referentes éticos. Dos mil años después de su nacimiento, personas de las más variadas procedencias culturales, sociales y religiosas siguen preguntándose por su identidad: ¿Quién es Jesús de Nazaret, el judío que vivió durante el primer tercio del siglo I de la Era Común y dio un giro de 180 grados a la historia humana, y a quien siguen más de 2.000 millones de creyentes? ¿Por qué sigue atrayendo su vida e interesando su mensaje a tanta gente, más allá de creencias y cosmovisiones?
La crisis de Dios, de las religiones y de las iglesias no ha logrado acallar el interés de los investigadores por la figura de Jesús, el fundador del cristianismo, nacido en Nazaret, una pequeña y desconocida aldea de las montañas de la Baja Galilea, a quien Albert Schweitzer, uno de los grandes exegetas del siglo XX, presenta como profeta que anuncia la llegada inminente del reino de Dios como proyecto de transformación de la Humanidad; John Dominic Crossan, destacado especialista en el estudio del Jesús histórico, define como «un campesino judío» y John P. Meier, uno de los más relevantes investigadores bíblicos actuales, le llama «un judío marginal». Y un dato más llamativo: el consenso en torno a su persona. De Jesús todo el mundo habla bien: cristianos de las distintas iglesias, creyentes de las más variadas religiones, no creyentes de diferentes ideologías, hasta los más encarnizados enemigos del cristianismo. Federico Nietzsche, crítico acérrimo de la fe cristiana y de sus seguidores, sentía una especial predilección por Jesús, a quien llamaba «buen mensajero», mientras que calificaba a Pablo de Tarso de «disangelista».
Al coro de los que estudian la persona de Jesús con seriedad y hablan de él con respeto se ha sumado José Antonio Pagola, vicario general de San Sebastián durante cuatro lustros, especialista en Ciencias Bíblicas por el Instituto Bíblico de Roma y la Escuela de Jerusalén y profesor de Sagrada Escritura durante cuatro décadas, en un voluminoso y muy documentado libro, 'Jesús de Nazaret. Aproximación histórica'. La obra ha escandalizado a algunos teólogos católicos españoles y ha sido condenada por la Comisión Episcopal Española para la Doctrina de la Fe, colocándola del lado de la herejía arriana. ¿Tan distorsionada es la imagen de Jesús que ofrece Pagola para recibir un calificativo así de severo?
La primera respuesta a la condena episcopal es que los guardianes de la ortodoxia han confundido de género la obra de Pagola, pues no se trata de una obra teológica, sino de una investigación histórica sobre Jesús de Nazaret. Y este tipo de estudios no exige sumisión al dogma, ni siquiera fe, sino competencia, rigor y objetividad en los análisis, características que, creo, posee el libro de Pagola, amén de estar escrito desde el seguimiento de Jesús, según propia confesión en las primeras páginas. No puede decirse lo mismo de los obispos firmantes de la Nota condenatoria, al menos a tenor de su contenido, que está en las antípodas de los resultados de las investigaciones más recientes sobre la figura de Jesús de Nazaret, el judaísmo de su tiempo y el cristianismo primitivo. Su juicio está instalado en el dogma, más aún, en las formulaciones dogmáticas literales del pasado sin mediación hermenéutica alguna, lo que les lleva a incurrir en tradicionalismo. No se olvide que el Evangelio es anterior al dogma y que éste debe interpretarse a la luz de aquél, no viceversa, como hacen los jerarcas católicos españoles. En la Nota, los obispos hacen una lectura literalista de los propios evangelios, que puede desembocar fácilmente en fundamentalismo bíblico. Demuestran, además un total desconocimiento de los avances más importantes de las investigaciones en torno al Jesús histórico. En consecuencia, su toma de postura responde a un juicio de valor previo y no a un estudio riguroso del libro conforme a los métodos histórico-críticos, aceptados por el propio Magisterio eclesiástico desde hace varias décadas.
Un investigador nada sospechoso de heterodoxo y respetado por todos los estudiosos del Nuevo Testamento como el ya citado exegeta católico norteamericano John Meier, autor de la voluminosa obra 'Un judío marginal. Nueva investigación sobre el Jesús histórico', uno de los estudios más reputados sobre el tema, explica con claridad la actitud que adopta en su investigación: la aproximación objetiva a la figura de Jesús, sin implicar en ella su fe: «Haré todo lo posible por poner entre paréntesis cuanto sostenga por fe y por examinar solamente lo que se puede demostrar como cierto o probable por la investigación histórica y la argumentación lógica». Dirigiéndose a los estudiosos no católicos les pide que «le señalen los puntos en los que deje de observar sus propias reglas introduciendo teología católica en la investigación» (Verbo Divino, Estella, 1998, p. 34). Es todo un ejemplo de rigor en los estudios exegéticos, que no se pueden ver condicionados por la fe, y menos domesticados por el dogma. Benedicto XVI cita la obra de Meier en la bibliografía de su libro 'Jesús de Nazaret'. Lo mismo piensa John Dominic Crossan, quien, al comienzo de 'Jesús. Vida de un campesino judío', defiende la necesidad de distinguir entre teología e investigación histórica, ya que muchas veces se ofrecen como datos históricos lo que no son más que elucubraciones teológicas.
Me resulta difícil entender por qué el libro de Pagola y otros similares pueden sacar de sus casillas a los guardianes de la ortodoxia, cuando lo único que hace es poner al servicio de los lectores -¡cerca de cincuenta mil!- en lenguaje asequible los resultados más fiables y debidamente contrastados de las investigaciones científicas en torno al Jesús histórico. ¿Tendrán miedo los obispos a Jesús de Nazaret? Y monseñor Uriarte, ¿a qué o a quién tiene miedo? ¿Acaso a la Congregación romana para la Doctrina de la Fe?

06 noviembre 2008

MONITOREO RELIGIOSO 2008

Los católicos desoyen las consignas de la jerarquía sobre política y sexo

Una encuesta indica que la religión en España es cosa de mujeres y personas mayores

JUAN G. BEDOYA
- Madrid - 06/11/2008 EL PAIS

La religión es en España cosa de mujeres y de personas mayores, según un informe de la Fundación Bertelsmann sobre valores religiosos en 21 países. Una de cada tres mujeres españolas se declara "muy religiosa" (34%). En el caso de los hombres, lo son uno de cada cinco (20%). Pese a todo, el 70% de las personas religiosas reconoce no hacer caso a las consignas de su confesión en asuntos de política y sexualidad, ni en las relaciones de pareja. Sí las sigue, en cambio, cuando se refieren a acontecimientos familiares como nacimientos, matrimonios o muerte (52%), y para la educación de los hijos (37%).

Se frena el acelerado proceso de secularización de décadas atrás

El estudio de la Fundación Bertelsmann, fruto de 21.000 encuestas, analiza las grandes tendencias respecto a los sentimientos religiosos de los españoles y los compara con los de otros países europeos y de todo el mundo. Su presentación ayer en Madrid coincide con el tercer Congreso Diálogo y Acción que se reúne hoy bajo el título Valores en España y Europa: sus raíces y relevancia en el siglo XXI.

¿Regreso de la religión, como vaticinan algunos eclesiásticos optimistas? ¿Grave crisis del catolicismo, sobre todo en Europa? El papa Benedicto XVI ha llegado a decir que su Iglesia es en Europa como "una viña devastada por jabalíes". El estudio de la Fundación Bertelsmann no indica eso. Refleja incluso que el acelerado proceso de secularización de décadas atrás "ha disminuido su velocidad", en palabras de José Casanova, profesor de Sociología de la Religión en la Universidad de Georgetown en Washington.

En España, la religiosidad está presente en la sociedad, aunque muchos sólo la perciben de forma inconsciente en su vida cotidiana, como si fuera una música de fondo. Cerca del 36% de las personas encuestadas cree en la existencia de Dios o algo divino, y en que la vida continúa de algún modo después de la muerte; para un 27%, se mezclan la fe y las dudas, y el 33% dice no creer en nada. Sobre la práctica regular de la oración, se observa una distribución similar a la de las creencias. Uno de cada tres españoles dice que reza con regularidad y el 37% afirma que no lo hace nunca. Sólo un 15% demuestra un gran interés por temas religiosos, mientras que un 42% prácticamente no se interesa por ellos.

El estudio muestra que hay considerables diferencias según las edades. Entre los mayores de 60 años, uno de cada dos es muy religioso (49%). Sin embargo, la religiosidad acentuada entre menores de 30 años alcanza tan sólo al 11% por ciento, y ello pese a que el 92% de los jóvenes españoles dice haber sido educado religiosamente. En este grupo está la mayor proporción de personas que ya no pertenecen a comunidad religiosa alguna (el 24%). Entre las personas mayores de 60 años, esta proporción es de apenas un 9%.

En el ejercicio público de la religión, España prácticamente está dividida en tres partes: para un 34% de los encuestados, ir a la iglesia regularmente es algo natural. Otro 34% se ha distanciado en tal medida de su iglesia que ya no asiste a los servicios religiosos, o lo hace con muy poca frecuencia.

Pese a todo, la impronta de la religión en España es superior al promedio de los países estudiados, sobre todo en comparación con otras naciones industrializadas. Tiene una importancia mucho menor, por ejemplo, que en países católicos europeos como Polonia o Italia, pero mayor que en Francia, Rusia, Reino Unido o Alemania, que ocupan los últimos puestos en el estudio de los expertos de Bertelsmann.

La fundación Bertelsmann fue creada en 1995 por Reinhard Mohn, del grupo editorial alemán Bertelsmann, que emplea a 102.000 personas en todo el mundo (9.000 en España). Fue su presidenta, Liz Mohn, quien ayer apadrinó en Madrid la presentación del informe titulado Monitoreo religioso 2008. España.

03 noviembre 2008

JESUS, APROXIMACION HISTORICA

El documento que recogía el 'Nihil obstat' de monseñor Uriarte mantenía en secreto los nombres del obispo y los dos teólogos que avalaron con su peritaje la obra de Pagola. El prelado que apoyó en ese momento al titular de la diócesis guipuzcoana fue Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona. Según ha podido saber EL CORREO, el prelado realizó un dictamen sobre el contenido del libro, ya revisado por el propio autor. Sebastián goza de gran prestigio en el Episcopado y, pese a estar ya jubilado, fue el más votado por sus compañeros de la Conferencia para participar en el actual Sínodo en Roma. El propio Benedicto XVI le designó como delegado pontificio para poner orden en el colectivo religioso Lumen Dei, auditado por irregularidades.
En cuanto a los otros dos teólogos requeridos por Uriarte para firmar un juicio riguroso sobre la obra fueron Santiago Guijarro y Santiago del Cura. El primero ha sido vicerrector de la Universidad Pontificia de Salamanca y es catedrático de Nuevo Testamento. El segundo, un reconocido biblista, fue decano de la Facultad de Teología de Burgos y es miembro de la Comisión Teológica Internacional, que ayuda a la Santa Sede a examinar cuestiones doctrinales de gran calado. Los dos gozan de un sólido y extendido prestigio. Tanto el arzobispo como los dos profesores emitieron sus informes por escrito y se reunieron con Pagola y Uriarte en un encuentro conjunto.
02.11.08 -

02 noviembre 2008

RITOS DE OTROS MUNDOS

MONTSERRAT COLL I CALAF : DIRECTORA DE ASUNTOS RELIGIOSOS DE LA GENERALITAT DE CATALUÑA

«Un Estado aconfesional debe respetar todas las opciones religiosas»

La Generalitat de Cataluña ha puesto especial empeño en defender la libertad religiosa desde la laicidad

M. BARTOLOMÉ


Montserrat Coll i Calaf está desde 2004 al frente de la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Cataluña, la primera de este ámbito creada por una comunidad autónoma en España. Es doctora en Filosofía y daba clases de Filosofía de la Religión en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas del Arzobispado de Tarragona y también en institutos de Bachillerato antes de incorporarse a un cargo que, a su juicio, «refleja la especial sensibilidad del Gobierno catalán hacia las minorías religiosas».

Desde entonces, ha elaborado un estudio acerca de la presencia de confesiones religiosas minoritarias en Cataluña y ha puesto en marcha un Proyecto de Ley sobre Centros de Culto para garantizar la libertad religiosa y velar por la seguridad y dignidad de estos templos.
-¿Por qué cree que es necesaria a nivel autonómico una Dirección General de Asuntos Religiosos?
-Se creó en 2000. Se cuenta que un grupo de protestantes se dirigieron al entonces presidente Jordi Pujol y le plantearon que no había ninguna unidad para atender la diversidad religiosa, mientras que la Iglesia católica ya tenía convenios de colaboración con la Generalitat. Se constituyó la dirección general, lo que demuestra que en Cataluña existe una sensibilidad especial por el tema religioso y que la complejidad y la diversidad de este hecho requieren un trato específico. Cuando llegué al cargo en 2004, una de las primeras visitas que tuve fue la de una musulmana que vino a decirme que los musulmanes no tenían dónde caerse muertos. Había que dar respuesta a estos problemas desde un nivel cercano a los ciudadanos.
-Si desde 1978 los cementerios son públicos, ¿qué problema tienen las minorías religiosas para realizar enterramientos en ellos?
-Efectivamente, los cementerios públicos admiten todo tipo de personas de confesiones distintas, por lo que en cierta medida ese derecho a ser enterrado ya está cubierto. Lo que no se satisface desde las administraciones públicas es un derecho, que se deriva de la libertad religiosa, referente a ser enterrado según su tradición y sus creencias. El problema estaría más en satisfacer ciertas sensibilidades, aunque el derecho esté cubierto.
-Parece que la solución adoptada en muchos casos es la creación de parcelas diferenciadas dentro de los cementerios. ¿Qué le parece esta opción?
-Desde la Generalitat consideramos un paso adelante que los camposantos hayan dejado de ser propiedad de la Iglesia católica para pasar a ser cementerios públicos, donde no se discrimina a nadie. Por lo tanto, lo deseable no es que haya cementerios privados y por concesiones, porque eso sería como segregar a las personas por sus creencias. Sin embargo, un acuerdo del Estado español con las comunidades islámica y judía reconoce el derecho a disponer de parcelas en los cementerios donde se puedan enterrar, según sus tradiciones y ritos religiosos. Hay una contradicción entre la ley de 1978 y esos acuerdos, pero la realidad es que esas parcelas existen.
-¿Cómo se pueden satisfacer entonces determinadas demandas de las minorías en el ámbito funerario?
-En el caso de los musulmanes, por ejemplo, en este momento en Cataluña no es posible realizar los entierros como ellos desearían, porque la ley de policía sanitaria mortuoria, por razones de salud, obliga a inhumar los cuerpos con ataúd. En cambio, sí es posible atender otras peticiones de los musulmanes, como que las tumbas estén orientadas a La Meca o que sean en el suelo. Hay musulmanes que aceptan esta solución, digamos intermedia. Sin embargo, otros muchos prefieren repatriar los cuerpos a su país de origen.
Pagar la repatriación
-No todos podrán pagar esa repatriación.
-Hay algún tipo de seguros que se contratan en bancos y cajas que contemplan la repatriación en caso de muerte, y también hay mucha solidaridad entre los miembros de la comunidad. Pero lo deseable es que puedan enterrarse aquí, desde luego.
-¿Qué se puede hacer cuando estos ritos no son compatibles con la legalidad?
-Siempre que es posible encontrar una solución, aunque sea intermedia, intentamos respetar los derechos de libertad religiosa. Por ejemplo, los budistas desearían que el cuerpo permaneciera sin ser tocado durante tres días como mínimo. Aquí, la ley no lo permite, pero la solución puede estar en refrigerar el cuerpo. Otras quisieran incinerar al aire libre, pero tampoco lo permite la ley. Así que tienen que adaptarse y usar las incineradoras dispuestas para ello en los cementerios.
-¿Cómo se orienta el trabajo de su dirección general en este ámbito?
-Hemos elaborado una guía, que no tiene valor de ley, pero que ofrece recomendaciones. Están inspiradas en lo que ya se hace por parte de los profesionales de los tanatorios de Cataluña. Una parte de esta guía recoge los derechos de libertad religiosa y también los límites. Otra incluye las peticiones de las diferentes confesiones religiosas en el ámbito funerario, como sus ritos y sus deseos. La última parte contiene recomendaciones basadas en ese principio de máximo respeto.
-¿Existe el riesgo de que, buscando favorecer a todos por igual, se pase de la aconfesionalidad a una confesionalidad múltiple o dividida?
-Un Estado laico no es un estado que no permite ningún símbolo religioso. Al contrario, es aquel que permite todos las opciones religiosas y de pensamiento. Por lo tanto, admite todo tipo de símbolos en un cementerio o en la escuela. La laicidad es una separación entre las instituciones públicas y las confesiones religiosas. Eso es lo que permite la igualdad en derechos de libertad religiosa y de conciencia. No se trata de borrar las manifestaciones religiosas, se trata de permitirlas todas. El Estado no se identifica con ninguna religión, tampoco con el ateísmo o con el agnosticismo, porque debe respetar todas las opciones de sus ciudadanos.