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14 octubre 2009

"Respeto absolutamente la objeción de conciencia"

El ministro, que se ha referido también a la asignatura de Religión, señala sobre EpC su intención de reunirse con los objetores y reconoce que se "ideologiza", pero defiende la materia apuntando que se trata de elegir bien el manual "de entre los extraordinarios libros de texto que existen".

 El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, ha manifestado esta mañana su "absoluto respeto" a la objeción de conciencia y por ello a quienes invocan el ejercicio de este derecho ante Educación para la Ciudadanía (EpC), "consciente además de las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León".

Declaraciones del ministro este jueves en La Mañana de la COPE. Entrevistado por Nacho Villa, el ministro, que anunciaba que  "nos vamos a reunir con las familias que han invocado este principio para ver de qué modo vamos a afrontar este asunto", matizaba que "a día de hoy también la Comunidad de Castilla y León ha señalado que se trata de una asignatura más, es una asignatura obligatoria, así lo ha señalado el Tribunal Supremo. ¿Qué hayan aducido algunos que  se trata de un derecho fundamental y por tanto tiene que intervenir el Tribunal Constitucional? Bueno, sobre esto, por lo que me dicen los expertos, no es un derecho constitucional.
Insiste en defender la asignatura pese a reconocer que se "ideologiza"
Angel GabilondoPreguntado sobre las críticas a esta asignatura por el adoctrinamiento ideológico que entraña, y en concreto por la definición de Mariano Rajoy refiriéndose a EpC como "el catecismo socialista", Gabilondo insiste en defender la asignatura apuntando a que más bien se trata de elegir bien el manual:
"Yo he leído los libros de EpC y hay muchos extraordinarios, buenísimos... Lo que pediría a los centros es que elijan bien el texto. Hay textos extraordinarios, hechos por personas de referencia y que ideológicamente, desde luego, no hacen catecismos. Lo que sí es muy importante es que tanto en los centros, con la posición de los profesores, tanto el texto como el currículum que se elija, se deje de hacer ideologización. Porque muchas veces, cuando luego hay un lío en la calle entre los chavales, decimos: ‘es que les faltan valores cívicos', ‘es que nadie les ha explicado qué es el mobiliario público', ‘es que no tienen responsabilidades ciudadanas'... ¿Deberían en la escuela enseñarles? Bueno pues aquí tenemos un espacio para enseñarles en la escuela. Ahora, también digo que la EpC no es sólo una asignatura, sino que todas las asignaturas deberían educar para ser ciudadanos'.
Preguntando por si considera que existen algunos capítulos de EpC que chocan directamente a la ética en la que muchos padres desean educar a sus hijos, en concreto a principios de la moral católica, el ministro se escudaba en la posición manifestada por la FERE, actitud por cierto investigada por el Vaticano, al contradecirse con lo expresado por la Santa Sede en respaldo a la objeción frente a EpC como "oportuna y necesaria".
"Hay instituciones muy respetables que representan desde luego el modo de  convicción religiosa y católica que ven esto dentro modo, como la FERE o como muchísimos católicos que no ven ese obstáculo en esta programación. Pero yo espero que nadie, ningún profesor desde luego, en ningún caso ni en ninguna materia, atenta contra la Constitución y los principios de derecho o libertad de expresión religiosa, ni se discrimina a nadie... Me parece más importante la labor de los profesores, que cada profesor en su aula eduque con valores dentro del ámbito de la Constitución. Esto es el que tenemos que trabajar seriamente".
Tras la doctrina manifestada por el TSJ de Castilla y León y ante la sentencia del TSJ de Madrid sobre los contenidos, Gabilondo fue preguntado después a la pregunta de si no sería más fácil revisar los contenidos de los manuales que atentan contra los principios y valores en los que muchos padres quieren educar a sus hijos, dando lugar a una asignatura nueva en la que se suprimieran los temas que objetivamente ideologizan y arremeten contra las conciencias y las convicciones de muchas familias. A este respecto, el ministro seguía con su defensa de EpC:
"Si yo miro el currículo, de verdad, no procede de esa manera; de hecho, yo  he propiciado que no seamos litigantes respecto del currículo, porque hay comunidades que lo que han hecho es un currículo estrictamente vinculados al ámbito constitucional, y quienes hayan hecho esto también cuentan con una sentencia que indica que no es indispensable que se citen todos y cada uno de los aspectos curriculares...  No es voluntad de este Ministerio, desde luego no es la mía, el empezar a hacer litigios por aspectos curriculares. Creo que es importante que subrayemos las posibilidades que nos da esta materia y que trabajemos en el ámbito constitucional".  
Asignatura de Religión
El ministro de Educación también se ha referido en primer lugar al estatuto de los profesores de Religión. Teniendo la Iglesia la capacidad de nombrar o retirar la capacidad para enseñar la materia a estos profesores, el ministro - por cierto, a modo de apreciación, hay que hacer notar que desde 1979 ya no se trata de un "Concordato", sino de "acuerdos", pues no está de más ser precisos en estos temas, máxime al entrar a valorarlos-. ha señalado que "existe un Concordato, que no es un acuerdo entre el Gobierno y la Iglesia sin más, sino entre dos estados, y desde luego quien considere que ha de recabarse ese acuerdo pues que lo diga, pero mientras exista yo soy partidario de respetar escrupulosamente las competencias de ese Concordato".
"Y dentro de ese respeto y en esas competencias lo que sí es verdad es que hemos de encontrar cuál es la fórmula de la verdadera competencia de la Iglesia respecto a los profesores de Religión, porque en este momento tenemos alguna situación que parece que hay modificar: para empezar, hay un montón de profesores, perdón ‘un montón', un grupo de profesores de Religión, que dependen directamente del Ministerio de Educación, y que nosotros pensamos que deben de transferirse a las comunidades, y es esas comunidades donde deben resolverse los asuntos, y muchas veces no es sólo por la capacidad que tiene o no la Iglesia de actuar, sino por esta situación a mi juicio anómala de que los profesores de religión no están transferidos a las comunidades autónomas. Por ello, ¿quién tiene las verdaderas competencias para decidir sobre ellos? Eso está sin resolver bien, porque no se ha transferido a los profesores de Religión", ha añadido el ministro.
"¿Y por qué no se hace? -se preguntaba a renglón seguido-. Porque en gran parte las comunidades dicen: ‘si nos transfieren a esos profesores también transfiérannos el dinero para pagarles'. Y es aquí donde está  el asunto, que es también económico, pro yo propongo que hagamos esa transferencia para que queden más claras las competencias. Pero no es mi voluntad, ni creo que es a lo que hay que dedicarse, a una controversia con la Iglesia sobre estos asuntos".
Religión y Bachillerato
No habiendo una alternativa clara y real a la asignatura de Religión en el Bachillerato y viendo cómo se discrimina la asignatura, por ejemplo relegándola en los horarios,  el ministro señala que "me parece que este asunto no está bien resuelto. No puedo dejar de reconocer el sentido de esto, a veces hay hasta tres modalidades: uno que quede tiempo libre, otro va Historia del Hecho y la Cultura Religiosa..., que veo que no estaría mal, porque oigo hablar y veo que existe una cierta confusión social, mezclando lo divino, lo sagrado, lo religioso... Todo es un potpurrí que se relaciona con que falta una determinada formación. Pero esto de que mientras unos den Religión mientras otros están desocupados... es verdad que cada centro debería organizarlo. Pero yo sí acepto que debemos trabajar sobre este asunto".

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